Desde que comenzaron las apuestas sobre dónde podrían casarse Guillermo de Inglaterra y Catherine Middleton, hasta que la Casa Real británica anunció que su boda tendrá lugar en la Abadía de Westminster, muchos especularon sobre el sitio que podría ser escogido por los novios para darse el “sí, quiero”. Una vez se supo que la boda sería en Londres, la abadía de Westminster o la Catedral de San Pablo, donde el príncipe Carlos y la princesa Diana se desposaron en 1981, fueron consideradas las principales posibilidades. Sin embargo, si nos fijamos con detalle, la respuesta siempre estuvo ahí.
Y es que esta abadía, que a lo largo de su historia ha albergado bodas, coronaciones y entierros reales, ha estado ligada a la trayectoria vital del futuro Rey de Inglaterra desde que éste era bien pequeño. Con tan sólo cuatro añitos, el hijo mayor del Heredero ejerció de paje en la boda de su tío el príncipe Andrés con Sarah Ferguson, un enlace que se celebró en este templo londinense el 23 de julio de 1986.
Pero, sin duda, el momento más recordado de Guillermo en Westminster hasta la fecha tuvo lugar el 6 de septiembre de 1997, día del funeral de su madre, la princesa Diana. Todo el mundo pudo ver al segundo en la línea de sucesión, entonces un adolescente de 15 años, caminando junto a su hermano, el príncipe Harry, detrás del cortejo fúnebre. Para Guillermo es, por tanto, un lugar que trae recuerdos muy emotivos. Celebrando allí su boda será otra manera de tener a su madre presente en este día tan señalado para él (él mismo ya ha explicado que a su futura esposa le pidió matrimonio con el anillo de su madre por este mismo motivo).
En Westminster también se celebró, en el año 2002, el funeral de la reina madre, aunque en años posteriores esta histórica iglesia ha albergado acontecimientos más felices. El 2 de junio de 2003, la reina Isabel festejó allí los 50 años de su coronación y el 19 de noviembre de 2007, la soberana y su esposo, el Duque de Edimburgo, celebraron sus bodas de diamante con un servicio religioso al que asistieron los miembros de la Familia Real inglesa y durante el cual el príncipe Guillermo se encargó de una de las lecturas.
La última ocasión señalada en que Guillermo ha asistido a Westminster fue el pasado 18 de septiembre, en el que fue su primer acto militar como piloto de la Royal Air Force británica. El príncipe lució por primera vez sus ‘alas’ de piloto en el acto del 70º aniversario de la Batalla de Inglaterra, un homenaje a los pilotos caídos durante la Segunda Guerra Mundial que estuvo presidido por su padre, el príncipe Carlos.