La realeza tiene una cita nupcial en Inglaterra: el príncipe Guillermo y su prometida, Catherine Middleton, se dan el 'sí, quiero' el 29 de abril. Además de la fecha, otro de los primeros detalles que trascendió del enlace fue el lugar en el que se celebrará. La boda se oficiará en la abadía de Westminster, conocida también como Iglesia colegiata de San Pedro de Westminster.
La abadía, localizada en Londres, al lado del Palacio de Westminster, es una iglesia gótica del tamaño de una catedral que tradicionalmente ha servido de escenario de coronaciones y entierros de los monarcas ingleses. Aunque, sin duda, el hecho más especial para el príncipe Guillermo es que en el mismo templo en el que contraerá matrimonio con la mujer que ama, despidió por última vez el fatídico septiembre de 1997 a su madre.
Los orígenes más antiguos del templo son inciertos y, según la tradición, se remontan al año 616 en el que se fundó un santuario donde un pescador del río Támesis tuvo una visión de San Pedro. La abadía histórica fue construida entre los años 1045 y 1050 por Eduardo el Confesor, en penitencia por haber faltado a un voto en el que prometía realizar una peregrinación, y fue consagrada el 28 de diciembre de 1065. La iglesia original era de estilo románico, pero se reconstruyó en estilo gótico entre los años 1245 y 1517.
La iglesia original era de estilo románico, pero se reconstruyó en estilo gótico entre los años 1245 y 1517. Las obras comenzaron bajo el reinado del rey Enrique III, que propuso un santuario en honor a Eduardo el Confesor, y terminaron con Ricardo II, aunque Enrique VII añadió aún en 1503 una capilla dedicada a la Virgen María, conocida con el nombre del monarca. La abadía se convirtió en catedral en 1550 y se salvó de un destino fatídico tanto por la disolución de monasterios como por los ataques puritanos gracias a sus conexiones con el Estado y la realeza.
Aún la apariencia de la abadía habría de cambiar. Se construyeron en 1772 al oeste del edificio dos gruesas torres neogóticas de piedra de Pórtland obra de Christopher Wren y Nicholas Hawksmoor y en el siglo XIX se realizaron también diversas reformas. Su estética imponente la la convirtieron en el escenario favorito de las coronaciones de los monarcas ingleses desde la de Guillermo el Conquistador en 1066 y con las únicas excepciones de Jane Grey, Eduardo V y Eduardo VIII. Su próxima puesta de largo será con motivo de la boda del príncipe Guillermo y Catherine Middleton.